© Iñaki Lorente Armendáriz

Sobre mí

Mi nombre es Iñaki Lorente

Soy zurdo y mayor de edad. Tres frases que han marcado mi camino son:

¿A cuántos tocan?

Es la pregunta que más hice de mi infancia. Imagino que la de muchas otras personas de mi edad que se criaron en el seno de una familia numerosa.

¡Tanto por aprender!

Soy un curioso empedernido, casi enfermizo. Cada vez que aprendo algo, surgen otros mil interrogantes. Es una maldición (… o bendición).

¿En qué puedo ayudarte?

Es mi vocación de ayuda lo que me inspiró a estudiar lo que estudié y que, a día de hoy, marca mi rutina.

SOY PSICÓLOGO

Soy psicólogo de profesión. Me licencié en 1986 (¡no te rías!, que te veo). A pesar de lo que se me auguraba (“es difícil comer de la psicología”), casi siempre he trabajado en mi campo así que tengo bastante experiencia en el terreno clínico y en el educativo. Mi número de colegiado es N-0284 y llevo en mi carpeta varios másteres relacionados con la psicología clínica y la relación de ayuda.

TENGO DIABETES

No lo llevo como bandera. ¡Ojalá no la tuviera! Pero ya que no me queda más remedio que tenerla en cuenta, procuro que no entorpezca mi vida. He de confesar que, incluso, hay algunas cosas que me ha aportado. Pero no lo digo muy alto para que no se “venga arriba”. Créeme, si pudiera elegir entre tenerla o no tenerla (y haberme perdido algunas cosas que me ha aportado), sin lugar a dudas, optaría por no tenerla. ¡Ya buscaré la manera de llenarme de experiencias sin tener que pincharme todos los días!
© Iñaki Lorente Armendáriz

Sobre mí

Mi nombre es Iñaki

Lorente

Soy zurdo y mayor de edad. Tres frases que han marcado mi camino son:

¿A cuántos tocan?

Es la pregunta que más hice de mi infancia. Imagino que la de muchas otras personas de mi edad que se criaron en el seno de una familia numerosa.

¡Tanto por aprender!

Soy un curioso empedernido, casi enfermizo. Cada vez que aprendo algo, surgen otros mil interrogantes. Es una maldición (… o bendición).

¿En qué puedo ayudarte?

Es mi vocación de ayuda lo que me inspiró a estudiar lo que estudié y que, a día de hoy, marca mi rutina.

SOY PSICÓLOGO

Soy psicólogo de profesión. Me licencié en 1986 (¡no te rías!, que te veo). A pesar de lo que se me auguraba (“es difícil comer de la psicología”), casi siempre he trabajado en mi campo así que tengo bastante experiencia en el terreno clínico y en el educativo. Mi número de colegiado es N- 0284 y llevo en mi carpeta varios másteres relacionados con la psicología clínica y la relación de ayuda.

TENGO DIABETES

No lo llevo como bandera. ¡Ojalá no la tuviera! Pero ya que no me queda más remedio que tenerla en cuenta, procuro que no entorpezca mi vida. He de confesar que, incluso, hay algunas cosas que me ha aportado. Pero no lo digo muy alto para que no se “venga arriba”. Créeme, si pudiera elegir entre tenerla o no tenerla (y haberme perdido algunas cosas que me ha aportado), sin lugar a dudas, optaría por no tenerla. ¡Ya buscaré la manera de llenarme de experiencias sin tener que pincharme todos los días!
© Iñaki Lorente Armendáriz

Sobre mí

Mi nombre es Iñaki Lorente

Soy zurdo y mayor de edad. Tres frases que han marcado mi camino son:

¿A cuántos tocan?

Es la pregunta que más hice de mi infancia. Imagino que la de muchas otras personas de mi edad que se criaron en el seno de una familia numerosa.

¡Tanto por aprender!

Soy un curioso empedernido, casi enfermizo. Cada vez que aprendo algo, surgen otros mil interrogantes. Es una maldición (… o bendición).

¿En qué puedo ayudarte?

Es mi vocación de ayuda lo que me inspiró a estudiar lo que estudié y que, a día de hoy, marca mi rutina.

SOY PSICÓLOGO

Soy psicólogo de profesión. Me licencié en 1986 (¡no te rías!, que te veo). A pesar de lo que se me auguraba (“es difícil comer de la psicología”), casi siempre he trabajado en mi campo así que tengo bastante experiencia en el terreno clínico y en el educativo. Mi número de colegiado es N-0284 y llevo en mi carpeta varios másteres relacionados con la psicología clínica y la relación de ayuda.

TENGO DIABETES

No lo llevo como bandera. ¡Ojalá no la tuviera! Pero ya que no me queda más remedio que tenerla en cuenta, procuro que no entorpezca mi vida. He de confesar que, incluso, hay algunas cosas que me ha aportado. Pero no lo digo muy alto para que no se “venga arriba”. Créeme, si pudiera elegir entre tenerla o no tenerla (y haberme perdido algunas cosas que me ha aportado), sin lugar a dudas, optaría por no tenerla. ¡Ya buscaré la manera de llenarme de experiencias sin tener que pincharme todos los días!