© Iñaki Lorente Armendáriz

NATALIA - El compromiso en la escuela.

1) ¿Cuál es tu relación con la diabetes?

Hasta hace un año, no había tenido nunca relación con esta enfermedad. Mi primer contacto se produjo el curso pasado cuando entró en mi clase un niño con diabetes.

2) Te engañé con un café para me explicaras cómo es el día a día de una tutora en la

gestión de la diabetes de su alumno.

El día a día de una tutora, en general, siempre es caótico y estresante jejeje. Son millones de cosas las que tienes que tener en cuenta, y con un niño/a con diabetes, es una más que sumar a la lista. En mi caso, cuando me informaron de que iba a tener en clase un niño con esta enfermedad, sentí un poco de miedo porque desconocía en qué consistía esta patología y qué debía hacer en el aula. Aunque desde el colegio, tanto el orientador como la tutora anterior me transmitieron tranquilidad, dudé de si iba ser capaz de reaccionar correctamente y de gestionar la situación de manera adecuada. También, sentí una gran responsabilidad, porque era yo la que debía responder ante cualquier episodio de hipo/hiperglucemia, además de controlar la bomba y la cantidad de insulina que se suministraba.... Insisto en que antes no había tenido ningún contacto con la diabetes, por lo que todo para mí era nuevo. Conforme fueron pasando los días y veía que las rutinas se iban repitiendo (mediciones de sangre antes del almuerzo, controlar el nivel de glucosa después del recreo, azucarillo cuando está por debajo de 80, voz de alarma cuando pasa de 200...), sentí que iba controlando un poco la situación, y a su vez, iba aprendiendo de cada uno de los episodios. Ya sabía lo que tenía que hacer y, además, lo hacía con mayor seguridad. Vas viendo la “lógica” (sabiendo que la diabetes es una enfermedad totalmente ilógica) en cada una de las diferentes situaciones que se van sucediendo. A su vez, el niño cada vez va siendo más autónomo en las mediciones y más consciente de cómo se encuentra y de qué necesita en cada momento. Todo esto te va aportando una mayor tranquilidad, porque ves como los días van pasando y que la vida en el aula y en el colegio va transcurriendo con normalidad. Por últmo, tal y como pasa con todos los niños (con/sin diabetes), conforme vas conociendo al niño vas aprendiendo cómo actuar (si empieza a bajar el nivel de azúcar, ¿galleta o azucarillo?, está empezando a bajar y las flechas me indican que bastante rápido… tengo que actuar, recuerdo que la última vez que pasó esto dándole un azucarillo remontó enseguida…) La experiencia te va dando seguridad. A modo anecdótico, recuerdo que la primera semana de clase miraba la bomba del niño cada cinco minutos y ahora lo hago un par de veces a lo largo de la mañana…

3) ¿Por dónde debería empezar el profesional que tiene a su cargo a un/a alumno/a con

diabetes?

Por la formación. Me parece fundamental tener ciertos conocimientos básicos sobre qué es la diabetes y familiarizarte con el manejo de la bomba, del glucómetro… Eso te va a dar seguridad y vas a vivir esta experiencia sin miedo ni ansiedad.

4) Este es el segundo año que está en tu aula.

¿Ha cambiado algo?

Sí, mucho. La diabetes se vive con absoluta normalidad en el aula. El niño con diabetes es mucho más autónomo que el curso pasado, siendo ya capaz de tomar pequeñas decisiones sobre cómo actuar ante las diferentes situaciones. Por mi parte, también me siento más segura. Aunque sabes que siempre tienes que estar "pendiente", cada vez son menos las veces que miras la bomba, haciéndolo sólo en aquellos momentos en los que consideras que es oportuno. Echando la vista atrás, pienso que el mayor cambio ha sido la capacidad de gestionar los momentos "críticos" sin miedo ni angustia, siendo consciente de que sé qué tengo que hacer en cada momento. Con esto no quiero decir que ahora controlo todas y cada una de las situaciones, porque no es así. Este curso, al no existir restricciones Covid, se van a plantear nuevas situaciones sobre las que tengo que aprender (excursiones, bizcochos de celebración de cumpleaños…)

5) ¿Qué pregunta te gustaría que te hiciera?

“¿Qué has aprendido del niño de tu clase con diabetes?”

6) Referente al tema que nos ocupa, dime una frase que merezca la pena que un tutor

cuelgue en la pared de su habitación.

"Tranquilo/a, no estás solo/a. Ante la duda pregunta a la familia"

7) ¿Qué te gustaría transmitirles a los padres de tu alumno con diabetes?

Gratitud por la paciencia ante las llamadas y consultas y por la confianza depositada en el centro.

8) ¿Qué te gustaría decir a otros tutores responsables de un/a niño/a con diabetes?

Ánimo y tranquilidad. Con el tiempo vas aprendiendo, al igual que con otras realidades que te puedes encontrar en el aula, a gestionar estas situaciones de forma adecuada. Cuenta siempre con la colaboración de la familia, apóyate en ella para la toma de decisiones.

9) Respecto a la diabetes en la escuela, ¿Qué titular crees que habrá dentro de 5 años?

No sé si es el que habrá, pero sí el que me gustaría leer: "Todos los colegios cuentan con un/a enfermera que se encargará, entre

otras cosas, de llevar el control de los/ niños con diabetes"

© Iñaki Lorente Armendáriz

NATALIA - El

compromiso en la

escuela.

1) ¿Cuál es tu relación con la diabetes?

Hasta hace un año, no había tenido nunca relación con esta enfermedad. Mi primer contacto se produjo el curso pasado cuando entró en mi clase un niño con diabetes.

2) Te engañé con un café para me

explicaras cómo es el día a día de una

tutora en la gestión de la diabetes de su

alumno.

El día a día de una tutora, en general, siempre es caótico y estresante jejeje. Son millones de cosas las que tienes que tener en cuenta, y con un niño/a con diabetes, es una más que sumar a la lista. En mi caso, cuando me informaron de que iba a tener en clase un niño con esta enfermedad, sentí un poco de miedo porque desconocía en qué consistía esta patología y qué debía hacer en el aula. Aunque desde el colegio, tanto el orientador como la tutora anterior me transmitieron tranquilidad, dudé de si iba ser capaz de reaccionar correctamente y de gestionar la situación de manera adecuada. También, sentí una gran responsabilidad, porque era yo la que debía responder ante cualquier episodio de hipo/hiperglucemia, además de controlar la bomba y la cantidad de insulina que se suministraba.... Insisto en que antes no había tenido ningún contacto con la diabetes, por lo que todo para mí era nuevo. Conforme fueron pasando los días y veía que las rutinas se iban repitiendo (mediciones de sangre antes del almuerzo, controlar el nivel de glucosa después del recreo, azucarillo cuando está por debajo de 80, voz de alarma cuando pasa de 200...), sentí que iba controlando un poco la situación, y a su vez, iba aprendiendo de cada uno de los episodios. Ya sabía lo que tenía que hacer y, además, lo hacía con mayor seguridad. Vas viendo la “lógica” (sabiendo que la diabetes es una enfermedad totalmente ilógica) en cada una de las diferentes situaciones que se van sucediendo. A su vez, el niño cada vez va siendo más autónomo en las mediciones y más consciente de cómo se encuentra y de qué necesita en cada momento. Todo esto te va aportando una mayor tranquilidad, porque ves como los días van pasando y que la vida en el aula y en el colegio va transcurriendo con normalidad. Por últmo, tal y como pasa con todos los niños (con/sin diabetes), conforme vas conociendo al niño vas aprendiendo cómo actuar (si empieza a bajar el nivel de azúcar, ¿galleta o azucarillo?, está empezando a bajar y las flechas me indican que bastante rápido… tengo que actuar, recuerdo que la última vez que pasó esto dándole un azucarillo remontó enseguida…) La experiencia te va dando seguridad. A modo anecdótico, recuerdo que la primera semana de clase miraba la bomba del niño cada cinco minutos y ahora lo hago un par de veces a lo largo de la mañana…

3) ¿Por dónde debería empezar el

profesional que tiene a su cargo a un/a

alumno/a con diabetes?

Por la formación. Me parece fundamental tener ciertos conocimientos básicos sobre qué es la diabetes y familiarizarte con el manejo de la bomba, del glucómetro… Eso te va a dar seguridad y vas a vivir esta experiencia sin miedo ni ansiedad.

4) Este es el segundo año que está en tu

aula. ¿Ha cambiado algo?

Sí, mucho. La diabetes se vive con absoluta normalidad en el aula. El niño con diabetes es mucho más autónomo que el curso pasado, siendo ya capaz de tomar pequeñas decisiones sobre cómo actuar ante las diferentes situaciones. Por mi parte, también me siento más segura. Aunque sabes que siempre tienes que estar "pendiente", cada vez son menos las veces que miras la bomba, haciéndolo sólo en aquellos momentos en los que consideras que es oportuno. Echando la vista atrás, pienso que el mayor cambio ha sido la capacidad de gestionar los momentos "críticos" sin miedo ni angustia, siendo consciente de que sé qué tengo que hacer en cada momento. Con esto no quiero decir que ahora controlo todas y cada una de las situaciones, porque no es así. Este curso, al no existir restricciones Covid, se van a plantear nuevas situaciones sobre las que tengo que aprender (excursiones, bizcochos de celebración de cumpleaños…)

5) ¿Qué pregunta te gustaría que te

hiciera?

“¿Qué has aprendido del niño de tu clase con diabetes?”

6) Referente al tema que nos ocupa,

dime una frase que merezca la pena que

un tutor cuelgue en la pared de su

habitación.

"Tranquilo/a, no estás solo/a. Ante la duda pregunta a la familia"

7) ¿Qué te gustaría transmitirles a los

padres de tu alumno con diabetes?

Gratitud por la paciencia ante las llamadas y consultas y por la confianza depositada en el centro.

8) ¿Qué te gustaría decir a otros tutores

responsables de un/a niño/a con

diabetes?

Ánimo y tranquilidad. Con el tiempo vas aprendiendo, al igual que con otras realidades que te puedes encontrar en el aula, a gestionar estas situaciones de forma adecuada. Cuenta siempre con la colaboración de la familia, apóyate en ella para la toma de decisiones.

9) Respecto a la diabetes en la escuela,

¿Qué titular crees que habrá dentro de 5

años?

No sé si es el que habrá, pero sí el que me gustaría leer:

"Todos los colegios cuentan con un/a enfermera que se

encargará, entre otras cosas, de llevar el control de los/

niños con diabetes"